Es cosa de niños
Si te pegan, pega
Creo que todos hemos escuchado esa frase “si te pegan, pega”.
Nos hemos esforzado mucho por educar a nuestros tres hijos en la no violencia.
Hemos intentado enseñarles que hay maneras de lidiar con los conflictos, que no hay necesidad de entrar al trapo y que la violencia solo genera más problemas.
Aún son pequeños, pero créanme, lo entienden.
“Son cosas de niños”, muchos repiten esa frase como si eso quitará hierro a las cosas. ¿Cuándo deja de ser cosa de niños?.
Creo que es uno de los grandes temores como padres, pensar que nuestro hijo alguna vez sea agredido física o verbalmente, que alguien se crea con el derecho de perturbarlos, de sentirse superior a ellos y hacerles daño.
Mamá no me gusta pegar
Esa sería una de las frases típicas de mi hijo mayor. No le gusta pegar, no le ve el sentido, no forma parte de sus reacciones, independientemente de lo que le hemos enseñado, él ya lo vive así, pegar no es la solución.
Pero llega ese día…
Y te lo planteas y dudas.
Debería decirle “si te pegan, pega”, “si te empujan, defiéndete de la misma manera”.
No es cosa de niños
Llegan las dudas
Cuando en alguna ocasión mi hijo se ha visto increpado por algún niño, las opciones que le hemos dado y como dije antes, muchas las lleva innatas, son que se aleje, si esto persiste que pida ayuda a algún adulto y otra es que firmemente diga “déjame en paz”.
“Es que tú hijo es tan bueno, deberías enseñarle a que se defienda”.
Lo hago, pero no a través de la violencia.
“De tan bueno es que es tonto”, de eso nada. Mi hijo no es tonto, sabe perfectamente cuando alguien lo está atacando, cuando le hacen cosas que lo hieren, que no le gustan pero toma la decisión de apartarse.
¿Cuándo ser bueno se convirtió en sinónimo de tonto?
Cuando hablo de “bueno” no me refiero a que tengo un hijo obediente y que recoge sus juguetes a la primera, que se termina toda la cena y que no hace berrinches.
Es buena persona, tiene una sensibilidad y empatía que nunca había visto en un niño, sus reflexiones siempre me dejan con la boca abierta porque… ¡¡tiene 4 años!!.
La primera vez fue saliendo de su clase de natación.
“Mamá fulanito me ha arañado la espalda”.
Efectivamente tenía un arañazo, como ellos se cogen de los hombros para hacer fila hacia los vestidores le quite importancia. “Seguramente ha sido sin intención cariño”, “No mami, lo ha hecho a propósito”.
Ayer lo vi, nadie me lo ha contado, estuve ahí.
Mientras estaba en la piscina otro niño no paró de pellizcarlo, de empujarlo, darle patadas y tirarle agua en la cara.
Le quitó su tabla de flotar y es cuando llega el profesor y mi hijo se lo dice. La solución del profesor fue “no pasa nada, coge otra”.
El niño siguió molestándolo, mi hijo se levantó e intento cambiarse de sitio, cuando el profesor le dijo que no podía moverse de lugar.
Antes de linchar a este señor, entiendo que tiene muchos niños a su cargo, que el niño en cuestión esperaba justo el momento en que estuviera distraído del otro lado de la piscina para pegarle a mi hijo.
Aun así dos cosas, ¿porqué no reconoce la acción errónea?. Si otro niño le ha quitado a malas sus cosas, la solución no era que mi hijo cediera.
Si mi hijo le pidió cambiar de sitio, ¿porqué no se lo permitió?.
Sé que me preguntarán que dónde estarían los padres de este niño que si estaban viendo lo mismo que yo, no intentaron detenerlo. Quiero creer que no estaban al pendiente y no lo vieron (quiero creerlo de verdad).
Y ahora está el “¿qué hice yo?”, además de llenarme de rabia y frustración, no intervine.
Ganas no me faltaron de echar el cristal abajo y coger a mi hijo, decirle cuatro cosas al profesor y al niño, tengo que ser honesta, lo hubiera hecho.
Soy de naturaleza impulsiva y con una mecha muy corta para algunas cosas, he tenido que trabajar mucho por controlar ciertas reacciones.
Después de hablar con el profesor, llegué a casa con el corazón hecho pedazos. Uno de mis grandes miedos estaba presente.
¿Lo estoy haciendo bien?
Si te pegan, pega
Tengo que admitir que me pasó por la cabeza.
Si te pegan, pega. Defiéndete, dale un puñetazo en la cara y pónle un alto al abusón.
Me asaltaron las dudas, ¿de qué me sirve criar a mis hijos en el respeto, si hay otros que no reconocen ni la palabra?.
¿Le habré restado fuerza a mi hijo?, ¿lo estoy convirtiendo en un niño débil?.
Bueno, me imagino que muchas y muchos lo han sentido. Se me escapaban las lágrimas de frustración, de impotencia, de miedo.
Me senté al lado de mi hijo y hablamos de lo sucedido. Una vez más esa alma vieja en cuerpo de niño me confirmó lo que sé, es muy buena persona.
No hemos notado en él que se sienta afectado, es decir, va feliz al cole y a su clase de natación.
Recuerdo el post de mi amiga Sonia de La Sonrisa Despeinada “Los padres del bullying”, reflexioné sobre ambas partes de la historia.
¿Cómo lo enfrentarán los padres del niño que pega?
El problema radica en normalizar la violencia, restarle importancia con el “son cosas de niños”, con el tema del cachete a tiempo.
Tanta gente lo ve normal, a ellos les han dado un cachete a tiempo y consideran que era parte de educarlos, que ni tan mal si aquí seguimos y el mundo gira igual.
Si te pegan… no lo permitas.
Aléjate de la situación.
Pide ayuda, olvídate del temor de ser el “chivato”.
No eres débil, se necesita mucha fuerza para decir basta, para salir de un conflicto, para no responder con la misma moneda.
Aún así tengo que reconocer que después de hablarlo con mi marido y recordando una frase que me dijo una amiga “en esta casa ni leones, ni corderos”, llegamos a la conclusión que si las primeras opciones que le hemos dado no funcionan y si no hay más remedio utilice la fuerza.
Es triste admitirlo, pero a veces se tiene que llegar a ese límite. Hay otros niños que al decirles que basta, alejarte de ellos, solo les incita a increpar aún más.
Aclarando que no se usa la fuerza de primeras, que no se trata ahora de ir repartiendo galletitas por la vida. Es el último recurso cuando una situación se ha desbordado.
Claro que estaremos pendientes y le pondremos la solución que corresponda si se vuelven a presentar casos similares. Mi hijo no está solo y permaneceremos atentos.
A los profesores, monitores y en general a los adultos, que sean capaces de intervenir. Que está muy bien eso de que los niños deben aprender a gestionar sus conflictos, pero una cosa es discutir por usar el mismo rotulador azul y otro las agresiones.
Enseñarle a los niños que no es chivato el que denuncia un acto de agresión, que pueden confiar en ellos y que estarán atentos de lo que suceda.
Que si un niño acude a ellos, respondan, muestren interés. La confianza de nuestros hijos en ellos está en juego.
Allá fuera no es igual
Si te pegan… no lo permitas
Ahora duerme y lo observo.
Me rompe el alma que tenga que enfrentar situaciones así con solo 4 años, pero me dolerá igual aun cuando tenga 40.
Creo firmemente que se ha generado un cambio en esta generación de madres y padres, veo una reflexión en muchos sobre la violencia, sobre reconocer que quien te pega no te está educando, que quien te ofende, no te quiere.
Muchos aún creen que estamos educando niños débiles con tanto respeto y apego. Eso solo me reafirma que hay que trabajar más, compartir más, escribir más.
Una sola chispa puede provocar un incendio, esperemos que sea un incendio de respeto el que prevalezca en nuestros hijos.
Ahora duerme y lo observo.
Mamá no puede evitar que te hagan daño, algún día volverás a enfrentarte a algún abusón, algún día alguien por falta de argumentos te insultará, algún día alguien te romperá el corazón.
Solo piensa mi niño, que estoy aquí, que si en alguien puedes confiar es en mamá y papá; que no estás solo y que estoy muy orgullosa del niño que ahora eres y del hombre que serás algún día.
Me encantaría saber sus experiencias, sus opiniones.
Me ha encantado leerte. Aún no hemos llegado a esas situaciones pero sí he tenido que escuchar algunas de esas frases a otros pequeños y te puedo asegurar que me han dado escalofrios. Creo que hemos normalizado la violencia de una manera escandalosa. Después de leerte me siento bien por criar a mi pequeña en el afecto y en el respeto y séque estamos en el.csmino correcto
Es que confío en que educar así es lo correcto, me da rabia que mi niño tenga que pasar por cosas así pero sé que la primeras pautas en la mayoría de los casos deberían ser suficientes y así no recurrir a la violencia. Gracias por comentar
Estremecimiento y dolor… Eso he sentido leyéndote. Precisamente hace poco me pasó algo similar con mi peque, aunque fuera una situación diferente. Y sentí rabia y dolor, y me hizo reflexionar. Yo creo que lo estamos haciendo bien, pero debemos enseñarles a defenderse. Son cosas de niños… De eso escribí yo también precisamente, porque todo se justifica así. Y no debería.
Lo estamos haciendo bien, pero todavía falta mucho por hacer… mientras tanto, seguiremos poniendo nuestro granito de arena para un mundo mejor.
Un besazo enorme
Te he leído y ese sentimiento de frustración es que lo compartimos con nuestros hijos, no entendemos porqué hay quienes reaccionan así y nosotros somos los que tenemos que retirarnos pero al final creo que es lo mejor y la mejor manera de seguir educando a nuestros hijos, un abrazo guapa.
Entiendo perfectamente tus dudas porque si me pasara estaría igual. Yo le trasmito las mismas pautas, ahora bien, le digo que lo primero es decir vehementemente que le dejen. Si no le dejan, zafarse empujando, pero no en plan enpujon sino retirando. Es difícil porque supongo que no medirá fuerzas. Pero igual ahí puede marcar la diferencia y poner físicamente el límite sin agredir. No sé… Y, por supuesto, avisar al adulto si el niño continúa.
Qué mal lo tuviste que pasar… Espero que no se repita.
Yo creo que es “normal” que eso ocurra circunstancialmente, que los niños tengan un encontronazo. Pero eso no quita que haya que mediar y darles estrategias para resolver situaciones. Porque así la siguiente vez, lo resolverán mejor, en lugar de atajarlo con violencia.
Ufff no sabes, tantas vueltas le di a la cabeza ese día, confío en que mi hijo sabrá gestionarlo y no usar nunca la violencia de vuelta. Los encontronazos los entiendo, lo que no me cabe en la cabeza es cuando es con intención, porque lo que vi, fue con intención. En fin seguiremos adelante y poniendo mucha atención. Gracias guapa por comentar.