Rutinas en la alimentación de los niños

Establecer rutinas en la alimentación de los niños

¿Es bueno o malo?

Son preguntas muy recurrentes, ¿es bueno establecer rutinas en la alimentación de los niños?, ¿es posible?, ¿rutinas rígidas o flexibles?.

En este post voy a referirme a las recomendaciones de los profesionales y a mi experiencia personal y reflexiones.

Entendamos como rutinas, no solo los hábitos saludables en cuanto a la alimentación, también horarios, tiempo que se recomiendan duren las comidas y otros factores relacionados.

Tenemos claro que el establecer hábitos saludables alimentarios es un tema que preocupa mucho a nivel mundial.

Hace muchos años la falta de esos hábitos se traducía en carencias nutricionales, en la actualidad es el extremo contrario, la obesidad y lo que en un futuro serán las enfermedades crónico degenerativas que corren riesgo de adquirir nuestros hijos.

Dentro de estos hábitos encontraremos: ofrecer una alimentación variada, aportación de nutrientes que se ajusten a cada individuo y grupo de riesgo y que sea equilibrada durante todo el día.

A estos hábitos los profesionales recomiendan establecer rutinas en la alimentación de los niños, que sumando a lo anterior mejorará la relación con los alimentos y disminuirá los riesgo para la salud.

Debemos tomar en cuenta que las rutinas también se establecen según la edad y habilidades que va obteniendo el niño; no es lo mismo un bebé que inicia la alimentación complementaria a un niño de 6 años.

¿Qué rutinas en la alimentación de los niños de deben establecer?

Horarios de comidas

En el artículo “Alimentación del niño preescolar, escolar y del adolsecente” del Doctor Moreno Villares refiere que:

Los hábitos y rutinas en la alimentación de los niños están consolidados antes de finalizar la primera década de la vida, persistiendo en gran parte en la edad adulta.

La familia representa un modelo de dieta y conducta alimentaria que los niños aprenden.

“Alimentación del niño preescolar, escolar y del adolescente” 2015

¿Cuántas horas debe estar sentado a la mesa nuestro hijo?

En un período de inicio de la alimentación complementaria debemos recordar que es una etapa de aprendizaje, que los bebés están descubriendo nuevos sabores y texturas.

Yo siempre recomiendo que el tiempo a la mesa debe ser el mismo que para toda la familia. Podríamos hacer un promedio de 1 hora, porque habrá adultos que en media hora habrían terminado, pero los niños comen más despacio y podemos darles ese margen.

En el caso de niños mayores el tiempo es el que tiene toda la familia sentada a la mesa, pero podemos anticipar esta situación.

Sé que muchos me cuentan de que su hijo podría estar cinco horas frente al mismo plato sin inmutarse, no vamos a estar cinco horas.

Rutinas en la alimentación de los niños

Cuando inicie el tiempo de comida le diremos que cuando mamá o papá se levanten de la mesa se habrá terminado el tiempo de comer, recordándolo unos minutos antes de terminar.

No saldrá a la primera, no se meterá el plato entero a la boca, seguramente no toque nada, pero hemos establecido una primera pauta.

En caso de que no comiera intentemos no agobiarnos, no transmitir nuestra cara de preocupación, en un par de hora podremos ofrecer una fruta u otra opción saludable.

No presionemos a los peques, evitemos caer en las malas actuaciones de premios y castigos, en los chantajes.

Dentro de la rutina de horario están también las veces que ofreceremos de comer, la recomendación que nos señala la Asociación Española de Pediatría es 4 o 5 tomas al día de alimentos, donde se incluye el desayuno, el almuerzo, la comida, merienda y cena.

Al iniciar la alimentación complementaria no podemos esperar que hagan todos los tiempos de alimentos, en el post “Cuándo y cuánto debemos dar de comer a los bebés” te cuento más sobre ello.

Ofrecer y no obligar

Este podría formar parte tanto de los hábitos como de las rutinas.

Como hábito para los niños, ya que reconocerán sus señales de hambre y saciedad.

Como hábito para los padres, nos enseñará a RESPETAR las señales de hambre y saciedad de nuestros hijos.

Como rutina para el niño, encontrará en su casa que la oferta de alimentos siempre es saludable y que no es habitual encontrar alimentos superfluos en casa.

Como rutina para los padres, aprenderemos a realizar un compra consciente y orientada a una alimentación saludable. NOSOTROS SOMOS LOS QUE COMPRAMOS Y PREPARAMOS LOS ALIMENTOS.

Ante el “es que no deja de comer chuches, me las pide todo el rato”, la respuesta al final es “¿quién las compra?”.

Ofrecer alimentos nuevos suele ser toda una aventura, pero presionar no será la solución, una vez más les recuerdo que está estudiado que para que un niño acepte un alimento nuevo al menos deberá ofrecerse 10 veces.

En este apartado volvemos a recordar que los chantajes no son la opción, no creemos la idea de que las verduras y el pescado son obligación y los premios tras pasar el trago amargo son las chuches y las galletas.

La AEDP indica en sus “Recomendaciones sobre alimentación complementaria” que en cuestión a la cantidad debemos seguir los principios de la alimentación perceptiva, sin forzar a comer o distraer.

La expectativa de una cantidad concreta de ingesta puede frustrar a los padres y hacer que el momento de la comida se convierta en una lucha. Por ello, más que centrarse en una cantidad concreta, es importante la variedad, disponibilidad y establecimiento de hábitos futuros.

Recomendaciones de la AEPed sobre alimentación complementaria 2018

Obsesionarnos con lo que come mi hijo a comparación de lo que come el del vecino, no nos llevará a nada bueno.

En los niños mayores establecer el hecho de que la casa no es un restaurante también es importante. Algunos días no será su comida favorita, pero no podemos hacer un menú para cada miembro de la familia.

Tener una opción B de manera puntual no es un error, pero no creo que deba volverse una costumbre.

Snacks y picoteo entre comidas

El origen de este post va por aquí y por mi gran amiga Estela del blog Criando pulgas.

Es fuente de inspiración y las preguntas que lanza siempre me hacen reflexionar, gracias amiga.

Ella preguntaba sobre el tiempo de comidas y una que llamo mi atención es si su peque pedía algo de comer poco antes de la cena ¿sería conveniente dárselo?.

En este punto más que recomendación de experto, le di mi punto de vista.

Los snacks o picoteos primero que nada deben ser alimentos de verdad, es decir saludables. Evitar la bollería, chuches, zumos o demás alimentos superfluos, que no ofrecen nada a nivel nutricional.

Estos productos solo alteran la respuesta de hambre-saciedad, dando una golpe de azúcar y “saciedad” inmediata que obviamente hará que llegando la cena va a comer tu tía.

Yo tomaría en cuenta dentro de las rutinas para la alimentación de los niños usar el sentido común.

Hora de la cena, tu hijo no puede esperar más y quiere comer ya, tienes dos opciones: ofrecer algo saludable y a la de malas, si come menos de la cena sabes que lo que le has dado es favorable; opción dos, no ser tan rígidos con el horario, si está en nuestra posibilidades adelantar la hora de la cena lo hacemos.

¡TIEMPO! una cosa he de aclarar, alimentos saludables sí, pero ojo con las cantidades si quieres que tu hijo llegue a la cena. Los frutos secos muy bien (nunca enteros a menores de 5 años), pero no una bolsa entera de cacahuetes; la fruta maravillosa, pero tres plátanos antes de cenar como que no.

Ambiente afectivo

El momento de las comidas también tiene un componente afectivo y educacional.

Las rutinas en la alimentación de los niños hemos comentado se establecen desde la primera infancia, el ambiente es parte de ellas.

Sentarse a la mesa, intentar en medida de los posible que sea toda la familia o al menos que alguien pueda acompañar al pequeño, evitar distracciones.

Rutinas en la alimentación de los niños

Los padres y madres con niños de un año me dirán que vaya y siente yo a su hijo que no para de correr por la casa y que más bien comer le importa poco.

Lo he vivido, los peques alrededor del año pasan por una etapa llamada “anorexia del primer año” donde sus requerimientos energéticos serán menores ya que su crecimiento es más lento.

Además que la mayoría habrá adquirido la capacidad de moverse por toda la casa y es más interesante explorar que comer.

Es una etapa y como todas pasan, no vamos a atar al niño a la mesa, pero si invitarlo a participar del momento, no se consiguen las cosas en un día, la paciencia es clave.

No correr con comida en la boca, no hacer volteretas en las sillas, no jugar con la comida a lanzarla a la boca del hermano, no es evitar que sean niños, es seguridad. Las distracciones o juegos en la mesa a veces nos pueden dar sustos como atragantamientos o caídas.

Por favor que no se entienda que quiero niños robots, los míos no lo son, pero podemos intentar establecer pautas por su seguridad.

El ejemplo en los niños es muy importante, por eso la recomendación de procurar sentarnos todos a la mesa o al menos acompañar al niño. Comer es un acto social, que más que lo que hay sobre el plato es la convivencia que se genera en ese momento, las risas, los secretos, las enseñanzas.

Evitemos en la medida de los posible usar móviles, televisión u otros dispositivos que no solo evitan que el peque sea consciente de lo que come y de responder a su saciedad, sino que bloquean esa convivencia de la que hablamos.

El marco afectivo es muy importante, la hora de comer debería ser un momento para disfrutar, no para discutir.

Si el bebé o niño no le ha gustado la comida o no la quiere, evitemos las malas caras, mostrar nuestra frustración y menos aun recurrir a las amenazas y castigos.

Tengo claro que nos preocupa la salud de nuestros hijos y la alimentación forma parte de ello, pero crear un ambiente tenso lejos de ayudar empeorará la situación.

Respeto ante todo

Las rutinas en la alimentación de los niños también incluyen el respeto

Respetar los tiempos de cada niño, su desarrollo y la obtención de habilidades evitará que esperemos más de lo que nuestro bebé y niño puede hacer.

Respetar y entender que no todos comemos lo mismo, ni nos gusta todo es importante. Dejad de comparar percentiles.

Respetar y amar a nuestros hijos, no obligando, no chantajeando. Que a ti tu madre no te dejaba levantarte de la mesa hasta que acabarás, que te ponía el mismo plato de la comida recalentado en la cena, ¿cómo te sentías?.

NO digo que nuestros padres lo hicieran mal, hicieron lo que les enseñaron era lo correcto.

Pero oye, tú puedes hacerlo mucho mejor.

Crear rutinas no es crear niños robots, no es coartar su libertad; los límites son parte de nuestra vida en sociedad, las rutinas nos dan orden y para muchas mentes como la mía tranquilidad.

Nuestros hijos están en un momento clave para aprender y que mejor manera de aprender que en familia y riendo sentados alrededor de la mesa.

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