Las etiquetas, las “benditas” etiquetas, porque será que siempre necesitamos ponerle nombre a todo, porqué necesitamos darle una categoría, una escala para comparar a nuestros hijos con otros niños.
 
En cuestión de alimentación está el clásico:
-“Mi niño se lo come todo, hasta las piedras”
-“Pues la mía nada, no come nada”
-“Come lo que le apetece, le gusta el plátano y las fresas, pero el resto de frutas ni tocarlas”.
 
Muchas de estas conversaciones las escuchamos a diario e incluso somos protagonistas de ellas; ¿existe de verdad esas etiquetas del buen comedor y el mal comedor?.
 
El primer ejercicio que les pediría que hiciéramos es muy fácil, bueno no tanto, porque si fuera así no haría este post jajajaja…EMPATÍA!!!. Sí, empatía, pongámonos en el lugar de nuestros hijos y dejemos de verlos como entes de otro planeta. Así como nosotros tenemos gustos, preferencias, días de más o menos apetito, lo mismo sucede con los niños; ¿permitirías que alguien te obligara a comer?, si llegarás a un restaurante y pidieras un solomillo y el camarero te dijera que de eso nada, que hoy comes lenguado y sin rechistar, ¿no sería muy normal, no?. Entonces no pretendamos que nuestros hijos disfruten de la hora de comer cuando se convierte en una batalla y acaba entre lloros y berrinches, con enfados y amenazas.
 
Como individuos que son, cada niño tiene sus necesidades, el cuerpo es tan sabio que nos orienta hacia lo que requiere y más aun de niños porque responden con más fuerza al instinto y no al deseo o antojo.
 
 
 
Segundo ejercicio, vamos a preguntarnos esto: Pienso que mi hijo come mal porque no come lo que debería o lo que YO CREO QUE DEBERÍA. Ya, parece lo mismo pero NOOOOO!!!, no estamos hablando del caso del pequeño que rechaza los alimentos saludables, que en este caso sobre todo en niños mayores es debido a malos hábitos desde la primera infancia y obvio ya con esos hábitos viciados es complicado competir contra los alimentos superfluos; yo me refiero al caso de los padres y madres (bueno y yayas que son las más meticulosas con el tema jajajaja) que me comentan que su hijo no come verduras, ni frutas y es cuando les pregunto si de verdad no come ninguna, entonces me dicen, bueno si que come manzana y plátano pero no sale de ahí, el calabacín le encanta pero no puedo hacer que coma judías; vamos, sí come frutas y verduras, no come las que TÚ QUIERES QUE COMA, come las que a él le apetecen. Lo mismo pasa con las cantidades, en un podcast escuché algo que me llamó mucho a atención, alguna vez has cogido un potito y lo has vaciado en un plato?, ¿has visto la cantidad que es?, ufff es que ni yo me lo comería y si pensamos en el tamaño del estómago de un bebé ya ni que decir. Las cantidades nos obsesionan y más con las famosas hojitas de 20 gr. de pollo, medio calabacín, media patata y media zanahoria, es para morirse!!. ¿De verdad creemos que TODOS LOS NIÑOS DEL MUNDO son capaces de comer lo mismo? pues obvio no.
 
Otra frase muy común es la de “NO COME NADA”, corregirme si mi definición de “nada” es errónea, pero es CERO, NULO, AUSENCIA DE; cuando les digo que eso no puede ser, porque en ese caso ya estaríamos ante un pequeño que seguramente tendría problemas de salud serios y estaríamos en un panorama completamente distinto, ahí llega el “bueno, si come pasta y pan, le gusta la bollería, come patatas y alguna vez pollo”, eso no es “nada”; comer, come pero volvemos a los malos hábitos alimenticios que pueden corregirse.
 
En el post de MI NIÑO ANTES COMÍA Y AHORA NO, PORQUÉ?, les conté sobre algunas de las causas de pérdida de apetito de los peques, que son totalmente esperadas y que se superan con el tiempo.
 
 
 
¿Cuándo debemos realmente preocuparnos de la alimentación de nuestros hijos?
 
En el caso de antecedentes obstétricos y perinatales que orienten al pediatra sobre probable déficit de hierro, como puede ser la prematuridad, los partos múltiples, la anemia durante el embarazo, bajo peso al nacer y el corte prematuro de cordón; será el pediatra que determine realizar una analítica de control y en caso de ser necesario, ofrecer suplemento de hierro.
 
Retrasos en el desarrollo psicomotor y crecimiento de los bebés y niños. Dentro de los hitos del desarrollo sabemos que aunque se marcan unos tiempos, estos no son exactos, no todos los niños se sientan a los 6 meses exactos, no todos andan al año exacto; existen márgenes de control que cuando se rebasan se debe estrechar la vigilancia y claro la valoración del pediatra es básica. Decir “3 meses, 6 meses, 9 meses, 4 meses, etc.” es nemotecnia para los estudiantes de medicina y médicos, para de esa forma crear un esquema mental pero no es una regla, los humanos no somos pares o nones. En caso de que el pediatra determine que se ha dado tiempo suficiente para cumplir ciertos hitos y no se han alcanzado, será él quien nos orientará sobre los pasos a seguir y si es necesario determinar si existen déficits nutricionales u otra alteración. Lo mismo pasa con los percentiles, si padeces de PERCENTILITIS lee esto http://cachitoa-cp175.wordpresstemporal.com/percentilitis-aguda/
 
Sintomatología y signos. Si me pongo a escribirlos todos acabamos en una semana, pero bueno ante cualquier cosa que no les parezca normal, que les genere dudas, es tan simple como acudir al médico y hasta no salir del consultorio con las dudas aclaradas y sentirse tranquilos, no salgan de ahí!!!.
 
Es verdad, con el baby led weaning en un inicio no se come mucho pero aquí es cuando viene la frase que más repito hasta el cansancio: LA LECHE MATERNA ES EL PRINCIPAL ALIMENTO DURANTE EL PRIMER AÑOS DE VIDA, LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA ES JUSTO ESO, COMPLEMENTO, hasta los 9 meses no tiene que ser más de la 1/5 parte de la alimentación diaria del niño y a partir de los 9 meses al año no más de la 1/2. Si caemos con el pediatra que nos dice que debemos sustituir la leche materna o la fórmula por los alimentos sólidos o triturados está muy, muy desactualizado; el médico que te dice que ofrezcas antes la comida que la leche, está en un error. Después del año la leche pasa a ser un alimento más, que como todos, si el niño lo quiere genial, si quiere menos también. Esto solo es en cuestión nutrición, no me refiero de ninguna forma a la lactancia mal llamada “prolongada”, esa además de alimentar ofrece muchas otras cosas que ya conocemos.
 
Tercer ejercicio, no a las amenazas, no a los chantajes, por favor!!!!!, eso no ayuda  y solo crea una relación muy mala entre los pequeños y la comida, no utilicemos los alimentos superfluos como premios, haciendo sentir que los alimentos saludables son castigo u obligación y las chuches son diversión y recompensa. Está en nuestras manos crear hábitos alimenticios saludables, si ya están algo estropeados, se pueden corregir, todo con paciencia y esfuerzo se puede.
 
No comparemos y menos aún lo expresemos a nuestros hijos, “mira que bien come tu prima y tu eres malísimo para comer”, ” si no comes te quedarás flaco y no crecerás como tus amiguitos del cole”, “ves, por eso estás bajito porque no comes como tus hermanos”, ay es que no puedo con esto, me sabe tan mal cuando lo escucho, porque ya no es solo el reforzarles que comen mal, sino que además los dejamos en evidencia ridiculizándolos frente a otros. Qué no come como el hijo del vecino, pues como no sonríe como el hijo de tu prima, cada niño un mundo.
 
 
 
Por lo tanto, no a las etiquetas, si tu hijo come de todo y con gusto, alégrate pero no te regodees frente a otros que no estén en la misma situación, si tiene hábitos alimenticios saludables, siéntete satisfecho y sigue por ese camino. Si tu bebé no come como tú crees que debería comer, haz los ejercicios anteriores y plantéate si es de verdad un problema que requiere atención médica o es solo machacamiento mental que nos hacemos.
 
Ante cualquier duda, insisto, siempre acudir al médico, nada de “mi suegra me dijo”, “mi tío me recomendó”, nada de eso; hay especialistas en el tema que se han preparado durante años para brindar información y atención como es debido.
 
Hasta aquí este post, ahora cuéntame, ¿te has visto en alguna de estas situaciones?, me encantará leerte.

4 COMENTARIOS

  1. Bravo amiga, te puedes creer que aún a mi edad cuando mi madre habla con mis tios le preguntan que si ya como?? la etiqueta de mal comedora me persigue hasta hoy!! y eso que luego cuando nos juntamos soy la que come más variado y equilibrado, pero como de pequeña no era una tragaldabas y mi madre siempre se andaba quejando…pues eso, etiquetas no!!

  2. Itzel me ha encantado! Siempre estuve en contra de las etiquetas, pero no me he dado cuenta hasta que te leí, que lo de mi niño es mal comedor lo he tenido en la boca constantemente! Y es cierto que cuando hemos cambiado la actitud a la hora de comer y hemos dejado de insistir, la situación ha mejorado! Grandísimo Post! Un besote

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